Entrevista a José Luis Villarejo «La ebriedad inicial nos hacía inasequibles al desaliento»
-¿Cómo ha evolucionado vuestra empresa desde su fundación?
-La evolución de Macabeo es anterior a su nacimiento, ya que ella es el fruto de una semilla que germinó en sus entrañas, dándose las circunstancias de tener y cultivar en la profundidad adecuada toda la pasión que el conocimiento y la experiencia nos iban regalando. La ebriedad inicial nos hacía inmunes al desaliento, para ir, poco a poco, dejando paso, a la constancia y ese despertar que tiene la más profunda (a nuestro entender) de las virtudes humanas, el altruismo y la empatía. Todo lo demás es la consecuencia de este inagotable combustible. Intentar transmitir desde la ventaja que nos dan las cicatrices, las vicisitudes y contratiempos de estos treinta últimos años resulta fatigoso y creo que poco edificante, sin embargo todo ello, tanto lo positivo como lo negativo, labró y nos confirió confianza tanto en nuestro proyecto como en el que nos envuelve a todos, la sostenibilidad del modelo natural.
-¿Qué planes de futuro son los que centran ahora vuestra energía?
-El futuro de Macabeo se centra en acabar con el término, “bio”. No entendemos otro tipo de agricultura que no sea la que actualmente se desarrolla bajo estos términos, naturalizarla significaría acercar la sensibilidad de vanguardia a la retaguardia, o dicho de otro modo al ámbito común. Normalizar tanto la producción como estimular su consumo es nuestra quimera, que tanto tarde como temprano se convertirá primero en meta, y luego en resultado. La evolución social está repleta de utopías que se han ido poco a poco incorporando a nuestro quehacer cotidiano, creando climas sociables favorables a la comunión social.
DE MODA… NADA
-¿Por qué algunos siguen diciendo que el mundo “bio” es una moda?
-Pretencioso e ignorante es proclamar que esto es una moda. Creer que el ser humano está por encima de todo e ignorar que los recursos son finitos y por tanto agotables… es de una frivolidad e imprudencia insultante. Pero no debe desalentarnos. Esnobd, oportunistas, mercaderes… ya están llegando y ni podemos ni debemos evitarlos, al contrario aprovechemos su impulso para enseñar tanto a ellos como a nuestro entorno… otra forma de hacer. Confiemos en este sector y no tengamos miedo de poner en juicio nuestros argumentos y los suyos. Que la conciencia desplace al gregarismo y la negación.
-¿Qué vais a presentar en BioCultura Madrid y qué es BioCultura para vosotros?
-Como todos los años, BioCultura nos ofrece la oportunidad de dar visibilidad a nuestros proyectos, tanto los vigentes como los de reciente estudio. Aprovechamos para afianzar nuestra idiosincrasia, el sello de Macabeo, ofreciendo una versión de las tiendas proyectada al producto fresco, frutas y verduras de temporada, legumbres y producciones propias o afines primando la temporalidad y cercanía , teniendo en cuenta las limitadas opciones que el clima de montaña de nuestras fincas, Madrid, Segovia, A Coruña y Navarra… nos permite. BioCultura ha de ser un referente, debe canalizar y dar pulso al encuentro entre los diferentes sectores, visualizando y comprometiendo sus recursos en el acercamiento de todas las sensibilidades.
“Ahora vienen los grupos de inversores que, conscientes de las cifras que se manejan, ansían apropiarse de todo aquello que para ellos son cifras: en ese cortoplacismo no importan los daños colaterales ni los valores intrínsecos, todo vale para alcanzar las cuotas de mercado, que sus financieros estipulan con sus gráficos”
POLÍTICOS Y CIUDADANOS
-¿Qué le diríais a Pedro Sánchez para que el sector ecológico siguiera ascendiendo con mayores facilidades?
-Los políticos no salen de la nada, y soy positivo a la hora de evaluar su proyección. Lamentablemente hasta ahora están en la retaguardia y no en la vanguardia como muchos desearíamos, pero confío en esta serena evolución que la profundidad del sector ecológico posee. El pesimismo es el arma perfecta del inoperante, y el instrumento más efectivo del involucionista. Me interesa más dirigirme a los votantes. Las democracias necesitan cultura, conciencia, empatía, y los políticos que nazcan de este tipo de pueblos, con mayor o menor acierto, no tardarán en aparecer. Las sociedades no avanzan al ritmo de sus vanguardias. Más bien, cuando el sector más conservador acepta e interioriza esas mejoras sociales, se pueden considerar superadas…
-¿Qué diferencia al sector “bio” de Madrid del del resto de España?
-Madrid, como todas las grandes ciudades, tienen aspectos positivos y negativos. Entre los positivos, la cantidad de consumidores, tanto en potencia como en curso. Las distintas sensibilidades, la diversidad, la teatralización y versión de los conceptos, la contaminación que posibilita los mestizajes, fuente de creación e inspiración. Todo esto se traduce en una fuente inagotable de potencias, que estimulan la producción y el consumo. En contra una burocracia y tecnocracia asfixiante, una simplificación agónica de los mercados y sus influencias, a parte de una criminalización de todo aquello que hacen los otros, estimulando el culto al dinero como si de una nueva religión se tratara y no de un instrumento… que realmente es su verdadera función.
PIONEROS Y OPORTUNISTAS
-Vosotros habéis sido pioneros durante muchos años… Ahora, la gran distribución ha descubierto “el nicho de mercado ecológico”…
-Ser pioneros supone un esfuerzo adicional, pero también hemos tenido muchas recompensas. Tener el privilegio de haber vivido en primera persona el despertar de tantas conciencias, haber escapado a una mercantilización tan burda y absurda de la necesidad de alimentarse, y disfrutar con honestidad y honradez de alimentar tanto con el acto físico como el espiritual a tanta gente, sin olvidarnos de estimular la comercialización justa y apoyar a campesinos, es muy reconfortante. Ahora vienen los grupos de inversores que, conscientes de las cifras que se manejan, ansían apropiarse de todo aquello que para ellos son cifras: en ese cortoplacismo no importan los daños colaterales ni los valores intrínsecos, todo vale para alcanzar las cuotas de mercado, que sus financieros estipulan con sus gráficos. Tenemos la obligación de defender los valores que nos llevaron a parámetros de dignidad campesina y rural que jamás se habían visto.
RESISTENCIA
-Desde un prisma personal, ¿qué es lo que te llevó a meterte un día en el sector ecológico?
-Observando desde años el comportamiento de los sistemas agrícolas, contrastando resultados, nos dimos cuenta de que los protocolos agrícolas convencionales no se correspondían a parámetros lógicos y mucho menos ecológicos. Solo se premiaban los resultados económicos que se imponían sobre cualquier otro fundamento. La naturalidad en cambio demostraba que con un verdadero estudio de campo basado en la observación, y buscando alternativas ecológicas, se obtenían resultados tanto productivos como de sostenibilidad. El resultado fue una apuesta por reconvertir tanto nuestros valores como nuestras fincas y producciones a un sistema agrícola ecológico. Este descubrimiento nos obligaba a transmitirlo y compartirlo. Como consecuencia se produce una transformación tanto en el crecimiento profesional como personal, que convierte un acto meramente físico en pura poesía: cuando descubres esta relación tan íntima con el mundo rural no es posible ni tiene cabida la marcha atrás.
-¿Qué tendencias ves por el mundo, dentro del sector ecológico, que te interesen…?
-La tendencia en el mundo es imparable. La evolución y la concienciación han movido y seguirán moviendo el mundo en un pulso incesante por la búsqueda del equilibrio del individuo con su entorno. Es innumerable la cantidad de propuestas que surgen por estas nuevas formas de comunicación: creo que tienen de positivo la rapidez y efectividad en llegar en tiempos antes inimaginables , pero tengo que reconocer que me siento sobrepasado, no domino bien estas nuevas tecnologías, ni tengo ningún interés a título personal. Resulta un poco inquietante la rapidez con la que se define todo, como si por arte de magia la simple definición lo solucionara, y sin embargo seguimos anclados en sistemas de relaciones laborales, sindicales, sistemas de clases y sociales del medievo. Hasta cuándo tendremos que esperar para empezar a dudar de este sistema económico basado en el crecimiento. Es un suicidio. Un poco menos de internet y algo más de reflexión y sentido crítico.
Esteban Zarauz
LO MEJOR Y LO PEOR…
LA HIPOCRESÍA
-Lo mejor y los peor de trabajar en el universo orgánico en España…
-Lo peor de trabajar en el universo ecológico es la falta de coherencia de muchos productores, distribuidores, transformadores y elaboradores del sector, que, por un lado, teorizan e intentan convencer sobre la idoneidad del consumo ecológico, y sin embargo ni consumen ni aplican esos parámetros para sí mismos. Solo debéis daros una vuelta por BioCultura y preguntar en los puestos si realmente ellos consumen “eco” , no ya en su totalidad, cosa que hacemos muy pocos, sino tan siquiera parcialmente dentro de sus posibilidades, y os sorprenderá la respuesta. Hay un porcentaje alarmantemente alto de hipocresía. Sin embargo alardeamos de supremacía moral frente a los temidos y vilipendiados enemigos del sector. Lo mejor: la sostenibilidad de los sistemas naturales y la riqueza interior que transforma en profundidad la forma de relacionarte con el entorno, natural y social.