Diario de un botánico enamorado: Los Andes de America del Sur

Después de mis viajes a las montañas del Himalaya en el norte de India, Nepal y Sikkim me vi tentado a explorar los Andes. Me motivaron libros fundamentales de dos de los más grandes exploradores europeos: Alexander von Humboldt: Viaje a las regiones equinocciales de Sudamerica y el diario de Charles Darwin en el Beagle. Con esos libros y el de otros exploradores en mi ebook en 2018 emprendí el viajé a la Patagonia Argentina y allí inicié mi andadura andina sólo y con una mochila y una ligera tienda de campaña.

Siempre había deseado estudiar un fenómeno  biológico: la distribución de las especies en la America austral que coincide con especies afines en las mismas regiones del hemisferio sur en Australia y Nueva Zelanda prueba del fenómeno de radiación y  distribución de diversas especies en la época de Gondwana el continente único. Encontré en los bosques australes del continente americano las huellas de la fragmentación del continente único de primera mano en la exploración geológica y botánica. http:// diariodeunbotanicoenamorado.es/los-nothofagus-de-patagonia

Busqué los magníficos y hermosos bosques de Nothofagus en el sur de Argentina y después en Chile como atraído por el canto de las sirenas. El mismo género se encuentra en Nueva Zelanda Sur de Australia y otras islas Orientales. Patagonia fue la primera lección con esas imponentes torres de granito coronadas de una mancha negruzca que corresponde a capa sedimentaria anterior a la formación de la región austral andina, cuando este jovencísimo continente iniciaba su elevación y formación.http://diariodeunbotanicoenamorado.es/torres-del-paine Allí visité los enormes glaciares de la Patagonia y fui sorprendido por una fascinante flora (y exquisitos frutos silvestres) en los bosques de nothofagáceas.

Recorrí Chile desde los tupidos bosques del Aysén http://diariodeunbotanicoenamorado.es/category/flora/chile-flora/aysen hasta el desierto de Atacama estudiando la vegetación más representativa: Nothofagus, Alerces, Araucarias (también hay Araucarias en Australia). Estuve meditando dentro de un tronco vivo de una Araucaria araucana de dos mil años y viví solo en una cabaña en el centro del Parque Nahuelbuta para explorar el  bosque donde vive uno de los árboles más antiguos de la tierra: el Alerce andino de 4.500 años a quien me abracé sin que nadie interrumpiera mi oración hacia ese ser milenario y sagrado. Soporté en la cabaña 7 grados bajo cero y vagué por los bosques guiado con un GPS.

rcamiento a la vida silvestre y a la preservación de las especies maltratadas por la ignorancia y avaricia humana.

Exploré mas de mil kilómetros del desierto de Atacama y cuando se me venció la visa de seis meses entré en Bolivia y conocí el mayor lago salar del mundo Uyuni, con sus islas de cactáceas donde van a libar los colibrís. Al viajar por Bolivia fui recorriendo valles y regiones tremendamente secos con vegetación de cactáceas a regiones semi o tropicales de una inmensa diversidad.

En Bolivia descubrí mi enorme ignorancia y aprendí a amar esta magnifica región andina de una diversidad imposible de abarcar con la mente de un botánico. Un día en Villa Tunari me encontré con un jardín privado de orquídeas en estado de abandono. Pedí permiso para rescatar el jardín y me puse manos a la obra. Mi trabajo de jardinero tocó estos seres maravillosos con los que nunca había interactuado y me maravilló la rapidez con la que reaccionaban a mis cuidados. Al fin fui aprendiendo sus complejas necesidades de cultivo y poco a poco fueron floreciendo y regalándome con su aroma cautivador y hechizante belleza. http:// diariodeunbotanicoenamorado.es/tag/orquideas

Quedé atrapado en este Jardín hasta que agoté la visa de tres meses y me dirigí a Perú a través del lago Titicaca. Fui a la hermosa ciudad de Cusco y recorrí las costas peruanas y el desierto más árido del mundo: Nasca. Busqué sin éxito a unas bromeliáceas del género Tillandsia http://diariodeunbotanicoenamorado.es/tag/tillandsia que solo conocía en estudios especializados. Estas especies sobreviven en las inhospitas dunas y me prometí volver al siguiente año a buscarlas.

Solo hay dos especies de tillandsias que viven en esa región (algunos botánicos dicen que hay una tercera). Yo fotografié dos de ellas: Tillandsia latifolia y T purpurea. La primera con la inflorescencia floral en plena brotación. http://diariodeunbotanicoenamorado.es/tillandsia-latifolia

Exploré alturas superiores a los 4000m en los Andes y allí me topé con una vegetación muy especial los verdes mantos de la yareta (Azorella compacta) que viven en condiciones extremas. Un día tope con un arbusto o árbol pequeño de tronco rojo y retorcido que me cautivó. Después supe su nombre quechua: quehuiña del género botánico Polylepis. Yo había visto coníferas del Himalaya a 5000m pero no podía soñar que me iba a encontrar con árboles que habitan cotas cercanas a los 6000m!!.

Convertí a las tillandsias mi modelo de supervivencia con el mínimo de recursos http://diariodeunbotanicoenamorado.es/historiadelatillandsia y a la queñua en los guerreros de las montañas. En el resto de mis viajes siempre las he seguido allí donde están cerca.

En las zonas tropicales fui preso de locura de amor por las orquídeas que ejercen sobre mi un poder echizante. Y siempre, desde que era niño, caigo en las redes de las arañas atrapado por su fascinante manera de construir las telas. En Cabo de Gata me fui a vivir a una cueva solo para estudiar cómo vive la Lycosa tarantula.

Aquí me encontré con una fascinante araña que teje su tel con hilos dorados: la Nephila.

Todo ese trabajo voy introduciéndolo poco a poco en mi web personal: diariodeunbotanicoenamorado.es.

Mis viajes no solo han sido mi universidad científica sino que me han movido no solo a conocer y amar a la vida sino a poner lo mejor de mi mismo y mi esfuerzo a la preservación de las especies allí donde mis conocimientos y mi mano hace falta. He trabajado creando un pequeño jardín botánico en un hotel privado de Villa Tunari y ahora colaboro como botánico y jardinero en el Jardín Botánico de Cochabamba

Como un reportero de la fascinante vida os ofrezco los tesoros y joyas que he encontrado en la andadura de este viejo botánico enamorado también con el objetivo de moveros al acercamiento a la vida silvestre y a la preservación de las especies maltratadas por la ignorancia y avaricia humana.

Diario de un botánico enamorado: Camino de Machu Picchu

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Diario de un botánico enamorado: Parque Tunari

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Diario de un botánico enamorado: Colmenas

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Diario de un botánico enamorado: Parque de Helechos

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